En 2012 pintamos nuestro primer mural de gran formato en Cartagena. Fueron más de diez pisos y seiscientos metros cuadrados intervenidos. Desde ese momento hemos tenido la oportunidad de crear murales de este tipo en 10 países del mundo incluyendo España, Jordania, Turquía, Canadá, Estados Unidos, Brasil, El Salvador, Bélgica y Corea. De dichas experiencias hemos aprendido lo indispensable que es crear relatos y observar contextos que permitan el nacimiento de la imagen para que el mural se integre al espacio y termine por permanecer en el tiempo.

El muro es un espacio de diálogo social, artístico y comunitario. Desde el año 2013 hemos creados distritos turísticos en Cartagena (Ciudad Mural, Getsemaní) y Bogotá (Distrito Graffiti, Puente Aranda) a partir de la intervención del espacio público con murales artísticos que han sido concertados con las comunidades, los aliados y los artistas.. A la fecha hemos diseñado y ejecutado proyectos que hoy cuentan con más de 150 murales dispuestos de forma permanente y gratuita para los transeúntes y espectadores.

En 2014 fuimos convocados a participar en un proceso social para disminuir la violencia homicida entre jóvenes del distrito de Aguablanca en Cali que encabezaba el Ministerio de Salud. Propusimos la intervención artística con fotografías en el espacio público con retratos de las  abuelas del sector, quienes serían las encargadas de vigilar y cuidar desde el afecto espacios donde ocurrían crímenes que involucraban niños y adolescentes.  En 2022, este proyecto, autoría de Vertigo Graffiti, fue replicado en el municipio de San Juan Talpa en El Salvador bajo la premisa de integrar las experiencias de las ancianas del pueblo con las actitudes y decisiones de las nuevas generaciones. 

El arte es una oportunidad de ver y reflexionar con miradas diferentes. Tal vez, el insumo más importante de muchos proyectos participativos que hemos adelantado desde hace quince años, tiene que ver con involucrar a las personas de diferentes comunidades, sin experiencia en este campo, en los procesos creativos. Dicho involucramiento puede consistir desde oír sus opiniones y perspectivas hasta la creación de obras y acontecimientos artísticos con el apoyo y coordinación de artistas profesionales. Una obra colectiva es un momento de encuentro inmejorable y que perdura como un recordatorio de la importancia del trabajo en equipo.

Siempre nos hemos considerado buenos contadores de historias. Sin embargo, con el estreno en 2021 de cinco de nuestros cortometrajes documentales en el Festival de Cine de Cartagena, terminamos de comprobar la importancia de continuar capturando historias y testimonios en formatos audiovisuales con potencial y sensibilidad para llegar a públicos masivos a través de las pantallas del cine y la televisión. Para nosotros, estos ejercicios narrativos parten de una premisa inamovible: el respeto por la dignidad del protagonista, su historia de vida, sus propósitos y quehaceres. Cuando las historias se cuentan con cuidado y humanidad se ayuda a forjar la memoria individual y colectiva de las comunidades que pueden encontrar, de esa manera, una forma de orientar su porvenir.

Quizás uno de los murales más célebres que hemos creado sea El Beso de los Invisibles, ubicado desde 2013 en el centro de Bogotá. Por tal razón, nos unimos con un laboratorio de creación en 2021 para crear nuestra primera colección de activos digitales únicos (NFT) para que fueran parte de los mercados especializados donde se negocian este tipo de bienes. Durante meses aprendimos las principales particularidades y las estrategias de gestión de estas obras digitales y su potencial para promover proyectos artísticos y culturales.